Elsa Luisa Maria Schiaparelli nació en 1890 en Roma, en el seno de
una familia aristocrática y culta. Era rebelde, tímida y ansiosa, y a
veces podía ser muy brusca. Sus recuerdos infantiles, entre ellos la
crueldad de su madre al comentar su estatura y su “fealdad”, influyeron
enormemente en sus creaciones adultas: la rica biblioteca de su padre,
las begonias del jardín que darían lugar al famoso rosa shocking y la
voluntad de trascender la belleza convencional para concebirla como una
forma de expresión y de metamorfosis.
A los 22 años se fue a Londres, y en 1914 , “buscándose a sí misma
física y espiritualmente”, acudió a una conferencia de un joven teósofo
llamado Wilhelm Wendt de Kerlor, discípulo de la espiritualista de moda,
madame Blavatsky. Fue un flechazo. Tras veinticuatro horas de
conversación platónica, Elsa y Kerlor contrajeron matrimonio civil. La
pareja se embarcó en 1916 hacia Chicago, ciudad donde Kerlor comenzaba
una gira de conferencias. En el transatlántico, Elsa congenió con
Gabrielle Picabia, mujer del pintor dadaísta Francis Picabia, que iba a
convertirse en una gran amiga. En Estados Unidos, la pareja llevaba una
vida errante, y Kerlor empezó a dudar de su vocación. Era un marido
infiel y provocador, a pesar de vivir de la dote de la enamorada Elsa.
El matrimonio iba de mal en peor, y cuando desapareció el dinero también
desapareció la poca lealtad de Kerlor hacia su esposa y su recién
nacida hija Gogo, con la sonada huida de él con su célebre amante,
Isadora Duncan, en 1920.
Schiaparelli vivió un tiempo de bohemia y penurias en Nueva York,
trabajando como traductora, administrativa y figurante en películas. Un
día, su amiga Gabrielle Picabia la puso en contacto con Marcel Duchamp y
Man Ray, y este último le pidió que posara para unas fotos. Se
introdujo así en el círculo de los dadaístas, que se movía entre París y
Nueva York. Y finalmente, Blanche Hays, otra amiga del grupo, una
alegre y rica divorciada, le pidió que la acompañase a París. Schiap,
como empezaron a llamarla sus nuevos amigos, se instaló con su hija en
casa de Blanche, y no tardó en acompañarla a las maisons de costura para
hacer sus compras. En una de estas visitas, el gran Paul Poiret le echó
el ojo a Schiap; la definió como estilosa, imaginativa y sobre todo
audaz, y decidió vestirla gratis para la agitada vida social que
empezaba a desarrollar. Arrancaba el año 1925, y ella ya se atrevía a
hacer vestidos para sus dos mejores amigas. Tras constatar su éxito, y
con cierta seguridad en sí misma, se ofreció como diseñadora
independiente a algunas pequeñas casas de alta costura. Una amiga de
Blanche compró una de estas empresas y contrató a Elsa como diseñadora.
Duró sólo un año y pico, pero fue un aprendizaje suficiente para la
valiente Schiap, quien decidió lanzarse por su cuenta.
En 1927, Elsa Schiaparelli presenta su primera colección, constituida
por jerséis, faldas y vestidos de punto tricotado. Las prendas estaban
elaboradas con varias madejas que llevan camafeos de punto aplicados e
hilos de metal, con motivos geométricos y frecuentes efectos de
trampantojo. Es, en definitiva, el easy wear, la moda fácil que cautiva a
los estadounidenses. Los compradores se extasían y compran, y la
prensa, liderada por Vogue, elige un jersey blanco y negro con una gran
lazada en trampantojo para publicarlo como obra maestra, creativa y
técnicamente. De la noche a la mañana, Elsa Schiaparelli se convierte en
“lo último de París”. Su colección se exporta a Norteamérica y el
famoso jersey del lazo se copia por miles.
Schiaparelli firma una sociedad con un empresario ligado a los
almacenes franceses Galeries Lafayette. El aumento de capital permite,
en 1928, producir una colección de punto mucho más amplia, que incluye
trajes de baño, gorros, pijamas de playa y motivos y estampados cada vez
más abstractos. En 1929, Elsa Schiaparelli ya trabaja con tejidos
nobles, como la seda, el algodón y el lino, y puede permitirse fabricar
sus propios estampados. Sus colecciones adquieren aires de alta costura
de lujo. Y sus estampados empiezan a ser codiciados por los grandes
fabricantes de tejidos, que le proponen negocios ambiciosos.
Schiaparelli es invitada a mostrar su colección en Nueva York, y elige
el deporte como tema: atuendos de tenis, de golf, de piloto de avión, de
esquí, de natación… Nace el estilo Schiaparelli
Curisosidades: Los bisnietos de Elsa Schiaparelli incluyen al actor Oz Perkins y al musico Elvis Perkins.
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